martes, 20 de enero de 2015

"¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?"


Mafalda nos ha acompañado durante toda la vida, y también durante este blog. Es nuestra inspiración, parece mentira que una niña de seis años diga más verdades que todos los adultos que gobiernan el mundo juntos.

No queríamos despedirnos sin volver a hacer mención a ella. Ya dijimos en nuestra primera entrada que es importante que utilicemos sus tiras cómicas tanto en clase como en el aula, porque puede darnos una visión realista del mundo a través de la ironía y el humor. 


Sus tiras son increíbles, muestran de tal manera el mundo en el que vivimos que incluso nos reímos. Pero por ejemplo, en la primera tira que mostramos, Mafalda sueña con un hombre que vende una miniatura de la Estatua de la Libertad, y a ella le extraña que no tenga llama. Destaca mucho la contestación del hombre: "Porque se le enciende al oprimirla".
Duele saber que la llama de la libertad se enciende al oprimirse a las personas, es triste pensar que ni podemos pensar, ni opinar libremente. No nos dejan.

Queremos que los padres y maestros sepan que, a través de la lectura de esta tira cómica, pueden explicar el mundo a los niños sin medias tintas, sin mentirles. A veces creemos que ocultarles la verdad es lo mejor para ellos, y nada más lejos: cuanto más conozcan de todo, menos se extrañarán al crecer y ver el egoísmo, la injusticia, tanta guerra y tanto dolor en el mundo.

Es preferible que sepan lo que les espera desde pequeños a que se sorprendan de mayores: la democracia, esa palabra tan usada (saboteada), no es real. La democracia que hay en el mundo no es real, es la interpretación que hacen los gobernantes de la misma, haciendo y deshaciendo a su antojo.

Qué lástima que el mundo siga así después de 50 años...



jueves, 15 de enero de 2015

El cazo de Lorenzo (II)


Esa mujer tan extraordinaria le ayuda a expresar sus miedos mediante el dibujo, a sacar las cosas buenas que tiene el cazo, a superar las dificultades...
Y le regala su bolso para que pueda guardar en él su cazo y así no tenga que arrastrarle.



El cazo sigue estando ahí, pero es más discreto…
… y sobre todo, ¡ya no se atasca en todas partes!

Por fin, Lorenzo puede jugar con los demás.
Ahora todo el mundo puede ver lo increíble que es Lorenzo, y él sigue siendo el mismo



Este cuento le conocimos en 1º, nos le enseñó una de nuestras profesoras y nos encantó. Es tal la sencillez del texto y de las ilustraciones, y tan profundo el tema que trata que no podíamos olvidarnos de él para promover su lectura en el aula y en casa.

Todos tenemos alguna carga, arrastramos cazos, aunque no se vean a simple vista. Lorenzo no es especial, es un niño normal que sufre un trastorno que le hace comportarse de manera distinta, pero aún así es un niño que quiere jugar y divertirse, y ante todo, sentirse comprendido. Es un niño más.







El cazo de Lorenzo (I)


Este cuento habla de las diferencias que hay entre todas las personas, en la manera en que arrastramos nuestras cargas. Puede servir para leérselo a los niños y que comprendan que nuestras mayores diferencias son las que nos hacen iguales.
Puede hablar de muchos tipos de problemas, como la discapacidad intelectual, motora, o incluso el autismo.

El autismo un trastorno que cada día está más presente en la vida escolar, por ello hemos encontrado el cuento "El cazo de Lorenzo", que muestra las dificultades que tienen las personas que sufren el Trastorno del Espectro Autista o cualquier tipo de necesidad educativa especial, y la manera de comprender sus necesidades.

Es imprescindible que los niños, tanto en el aula como en casa, conozcan la existencia de estos trastornos y discapacidades y por ello creemos que leerles este cuento es una gran manera de acercarles a ellos.

El cuento es de Isabelle Carrier, editado por Editorial Juventud. 












sábado, 10 de enero de 2015

Saga Harry Potter (II)


Una calurosa mañana, Harry despertó a causa de unos golpes en la puerta de su alacena (¿alacena, qué alacena?). Oh, sí, Harry Potter vivía con sus tíos, Petunia, hermana de su madre, su marido Vernon Dursley, y su primo Dudley. Harry Potter era muy desgraciado, en esa familia nadie le quería, ni siquiera Petunia, y le obligaban a dormir en una alacena bajo las escaleras (una especie de armario). 

Harry estaba a punto de cumplir 11 años, y se sentía el niño más infeliz del planeta. Odiaba su colegio, odiaba a su familia, odiaba su vida y odiaba su aspecto. Lo único que le gustaba era aquella curiosa cicatriz en forma de relámpago que tenía en mitad de la frente.

Pero todo cambió un buen día, Harry recibió una carta, ¡para él!. Si no tenía amigos y nadie le escribía ¿quién podría ser?. Pero su tío Vernon le quitó la carta de las manos y Harry no la pudo leer. 
Al día siguiente, en vez de llegar una carta a nombre de Harry Potter llegaron dos, al tercer día llegaron tres, y así sucesivamente hasta que tío Vernon decidió que era hora de huir "para que no nos encuentren". Fueron a una cabaña que estaba en mitad del mar, allí nadie los podría hallar. ¿Pero sabéis qué?

Aquella noche, 31 de julio, Harry cumplió 11 años y a la cabaña llegó nada más y nada menos que un hombre enorme, que se llamaba Hagrid. Harry, sorprendido, escuchó atentamente lo que Hagrid había ido a decirle:

"Eres un mago Harry, y uno de los buenos sin duda cuando entrenes un poco, por eso estás admitido en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería"

A Harry le costó creerlo, pero cuando por fin se hubo convencido abandonó la cabaña, y con ella a esa familia que nunca le había querido. Hagrid y él compraron todos los materiales que necesitaba para Hogwarts (un caldero, varias túnicas, una varita...) y Hagrid le dio el primer regalo de su vida: una preciosa lechuza blanca, Hedwick. Además, Harry se enteró de que en el mundo mágico era famoso, porque había hecho desaparecer a Lord Voldemort, el mago tenebroso más temible que había existido.

El 1 de septiembre Harry Potter llegó al andén 9 3/4, en la estación de trenes de Londres, pero para llegar ¡había que atravesar una pared! Cosas de magia.

Allí conoció al que sería su mejor amigo, Ron Weasley, el sexto de siete hermanos cuyos padres eran encantadores, y a su mejor amiga, Hermione Granger, hija de "muggles" y muy inteligente, pero también conoció a su enemigo: Draco Malfoy, que era de Slytherin.


En Hogwarts vivió momentos geniales, hizo amistades para siempre, y aprendió mucha magia, con profesores como McGonagall que les enseñaba Transformaciones, Sprout que daba Herbología, Quirrell que impartía Defensa contras las Artes Oscuras (utilizar la magia para hacer daño a los demás) o Snape, que enseñaba Pociones y era el profesor que más odiaba Harry (y el profesor que más le odiaba a él). El director del colegio era Dumbledore, un gran mago.


En su primer año de enseñanza mágica Harry tuvo que pasar por retos que no podía imaginarse, porque tuvo que evitar el regreso de Lord Vol...el-que-no-debe-ser-nombrado, que intentó, sometiendo a su poder a Quirrell (sí, el profesor de Harry), robar la Piedra Filosofal, lo que le devolvería a la vida, aunque... El-que-no-debe-estar-nombrado no estaba muerto, solo que, al haber intentado matar a Harry siendo éste un bebé, había perdido su cuerpo.

Harry logró, con ayuda de Ron y Hermione, que Voldemort recuperase su poder, y en verano tuvo que volver a casa de sus tíos, pero sabiendo que por fin le importaba a alguien en el mundo.



*Imágenes de elaboración propia


miércoles, 7 de enero de 2015

Saga Harry Potter (I)

Creemos que la saga de Harry Potter es increíble, tanto para niños como para adultos, y por eso hemos decidido escribirla como si de un cuento se tratara, para que tanto padres como maestros podáis contarla a los niños que pertenecen a la etapa de educación infantil.

Érase una vez, en un pueblecito llamado “El Valle de Godric”, vivía una familia, los Potter. James era el papá, Lily la mamá, y su pequeño hijo se llamaba Harry.


Los padres de Harry se conocieron y se enamoraron en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Porque sí, ¡ellos eran magos! Y su hijo, por supuesto, también lo sería.


El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería estaba en Inglaterra, pero muy escondido para que la gente no mágica (conocidos como “muggles”), no pudiera verlo. Era un castillo muuuy muy grande, y en él se enseñaba a los alumnos a hacer magia y a controlarla. Hogwarts estaba compuesto por cuatro casas: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin.




La enseñanza mágica duraba siete años, y el director era el mago Albus Dumbledore, según muchos, el mejor mago de todos los tiempos.


Pero volvamos a la familia Potter. James y Lily pertenecían a la casa Gryffindor, donde habitaban los valientes. Allí hicieron muchos amigos: Sirius Black, Remus Lupin o Petter Pettigrew eran algunos de ellos.

Todos se unieron, una vez terminaron el colegio, a la Orden del Fénix, liderada por Dumbledore, y en la que los magos luchaban contra los magos malos como Voldemort.

Un triste día, el malvado mago conocido como Lord Voldemort llegó a la casa de los Potter y acabó con la vida de James y de Lily, pero por una extraña razón no pudo hacer daño a Harry. Voldemort era un mago muy temido por los demás y la gente le conocía como “El-que-no-debe-ser-nombrado” y aquel día el mundo de terror que había creado acabó, porque no pudo hacer daño a Harry Potter.


Y aquí comienza nuestra historia…

Hay una dicotomía, es un libro de fantasía que enseña que existe el bien y el mal (Harry versus Voldemort) pero no desde siempre, sino que las circunstancias de cada uno han ido convirtiéndoles en lo que acaban siendo: Harry se convierte en un héroe humilde y Voldemort en un villano medio muerto, sin alma, al que le da igual matar, porque todo lo justifica con sus orígenes (es descendiente del mismísimo Salazar Slytherin, creador de una de las casas de Hogwarts). Es increíblemente bueno para los niños, y para los que no lo son tanto, ya que en cierto modo es un reflejo de la realidad, todo lo que rodea a Voldemort (los mortífagos, un grupo de magos que le ayudó a crear su mundo de terror, y la marca tenebrosa, un tatuaje en forma de calavera con el que avisaba a los mortífagos de que iba a atacar) es un fiel reflejo de lo que ocurre en cualquier estado dictatorial, y en uno en particular. Por eso creemos que es importante que los niños lo lean, así no creerán que todo gira en torno a finales felices sin mayores consecuencias que la eterna felicidad de los protagonistas.


*Imágenes de realización propia