Resumen sobre "La violencia entre iguales en la adolescencia y su prevención desde la escuela"

Por desgracia, muchas de las personas que están a nuestro alrededor han sufrido acoso escolar o bullying. Incluso las personas de las que jamás lo esperaríamos.

Gracias a este artículo hemos sabido que el 15% de los niños han sufrido bullying en Educación Primaria y la ESO. Una barbaridad, y los casos que nunca se sabrán por el miedo que tendrían a decirlo. Además, pocas personas reconocen haber sido los acosadores. 

Si preguntásemos a aquellas personas que nos hicieron la vida imposible de pequeños, ¿aceptarían que nos hacían bullying o le quitarán importancia?. Porque quizás ahí radica el problema: en que no se le da la importancia que merece.

Es denigrante ver en qué se está convirtiendo la sociedad. Ya ni siquiera tenemos empatía, ¿qué ocurriría si todos girásemos la cabeza ante una agresión? ¿o si todos dijéramos que no es para tanto?. Cada vez más niños sufren insultos, vejaciones y agresiones físicas, pero... ¿nos hemos parado a pensar en qué ocurre con los agresores?

Este artículo les dedica un apartado entero, donde explica las características comunes que tienen, según los estudios realizados. 

La mayoría de los niños que se convierten en agresores tienen un clima familiar conflictivo, lo que potencia su agresividad y la liberan con compañeros de clase. También es importante saber que suelen liderar un grupo de compañeros que son los encargados de humillar a la víctima.  Suelen ser impulsivos, con dificultad en las habilidades sociales, y según nuestra propia experiencia, vuelcan sus frustraciones y sus complejos en la persona a la que convierten en víctima.

Para combatir las agresiones es importante concienciar a los niños tanto desde la escuela como de casa. La violencia nunca es la respuesta, y mucho menos el arma para conseguir algo, y si nosotros mismos no somos capaces de enseñarlo, ¿quién lo hará?.

También, gracias a este artículo, hemos descubierto que muchos de los niños que sufren bullying son de otras etnias y culturas, y por eso se convierten en un blanco perfecto para las mofas de otros niños que creen que tienen derecho a humillar a alguien a quien consideran diferente.

Las mujeres seguimos siendo las que más sufrimos acoso escolar, permitiendo que el sexismo esté presente en las aulas. Si no podemos hacer comprender a nuestros niños que tanto hombres como mujeres somos iguales y debemos tener los mismos derechos económicos, políticos  y sociales, ¿qué será de nuestra sociedad? ¿Irá a más el bullying y el acoso según el género?

Según nuestra propia experiencia, hay muchos casos de acoso que pasan desapercibidos, o  bien porque la víctima no se atreve a hablar o bien porque se mira hacia otro lado. Con esta actitud, impulsamos que los niños se conviertan en monstruos. Deberíamos saber darnos cuenta de que hay problemas, el insulto más nimio debería ponernos sobre aviso.

Como futuras maestras creemos en que la educación comienza en casa y continúa en la escuela. Debemos educar en la igualdad, en que los niños sepan los derechos que tenemos, en que la violencia no es siquiera una opción. Debemos hacerles ver que todos somos iguales y que nadie merece ser tratado como si no valiera nada, tanto padres como maestros. 

Las víctimas de bullying suelen ser impopulares, no muy comunicativas, con diferencias físicas que les hacen destacar (como ser muy bajos, o gordos, o llevar gafas) y ante todo se les puede reconocer por el miedo en sus ojos. Quizás porque una de las autoras de este blog sufrió bullying en su infancia, estamos más concienciadas con este tema, porque consideramos que puede afectar en gran medida al desarrollo social y afectivo de las personas, dificultando su capacidad de confiar en los demás, la seguridad en sí mismos y la autoestima. 

Díaz-Aguado Jalón, Mº. J. (2005) La violencia entre iguales en la adolescencia y su prevención
desde la escuela. [Versión electrónica] Psicothema (549-558). Recuperado de: 
http://www.unioviedo.net/reunido/index.php/PST/article/view/8310/8174